Mindfulness y meditacion son ya un fenómeno global.
Multitud de investigaciones científicas, cada vez más rigurosas, apoyan sus beneficios en distintos ámbitos de nuestra vida.
Además, los avances en psicología y neurociencia, han ido poco a poco arrojando luz sobre estas prácticas.
En los últimos años, su popularidad ha crecido de forma exponencial. Sólo hay que ir a una librería y ver la gran cantidad de libros de mindfulness y meditacion que ocupan los primeros puestos en las listas de venta.
Pero lo primero que debemos tener claro es en qué consisten y en qué se diferencian.
¿Son lo mismo mindfulness y meditacion?
Ya te adelanto que no.
De forma muy simplificada, podríamos decir que existen muchas técnicas de meditación, y el mindfulness, es sólo una de ellas.
La meditación se viene practicando en Oriente desde hace miles de años, y dependiendo de la región, es más popular una técnica u otra.
Todas tienen sus beneficios, y aunque su objetivo puede variar ligeramente, hay algo que siempre tienen en común: Todas las formas de meditación buscan parar el automático de nuestra mente. Ese flujo de pensamientos continuos y rumiantes que tanto nos desgastan.
“El pasado y el futuro son ilusiones reales que existen en el presente” Alan Watts
Mindfulness se suele traducir como atención plena o plena consciencia.
Implica prestar atención a lo que está sucediendo en el momento presente, tanto en nuestra mente, como en nuestro cuerpo, como en el entorno que nos rodea, intentando mantener una actitud curiosa y amable.
Uno de los motivos por los que se ha vuelto tan popular, es porque se puede practicar en cualquier lugar y aplicar a cualquier circunstancia de nuestra vida.
Si quieres conocer distintas técnicas de meditación y tips para practicarlas , te recomiendo que te pases por estos artículos:
> Qué es la meditación activa. Técnicas
> Meditaciones. Me aburren. Me duermo. No tengo paciencia
Ahora que ya tenemos un poco más claro qué son, viene la gran pregunta…
¿Cómo y por qué pueden ayudarme?
Cuando la atención de nuestra mente está focalizada, se centra en una única tarea u objeto a la vez.
Idealmente, lograríamos mantener esa atención en el tiempo, pero la realidad es un poco diferente. Nuestra mente es muy inquieta y le cuesta mucho quedarse en el presente.
Le gusta saltar al pasado a recordar anécdotas, al futuro a fantasear situaciones, no estarse quieta y rumiar pensamientos. Darles vueltas y vueltas y vueltas.
Cuando ya estamos agotados, a menudo buscamos una distracción para escapar de esos pensamientos en bucle. Se trata de una respuesta o reacción al estrés que nos genera un alivio temporal.
Pero al distraerte, sólo estás evitando esos pensamientos a corto plazo. A largo plazo, esto es tan ineficaz como el aferrarte a ellos.
Pienso luego existo
Descartes creía que el hecho de estar pensando era señal de que existías, pero eso no significa que tú seas tus pensamientos.
Repetimos: Tú no eres tus pensamientos.
Una de las principales causas del sufrimiento, es aferrarte e identificarte con ellos. Cualquier circunstancia que estemos viviendo en ese momento es temporal.
En el budismo, esto se conoce como “anicca”, y quiere decir que nada es permanente, ni lo bueno ni lo malo.
El apego nos genera malestar e infelicidad. No tiene sentido quedarse atrapadx en una emoción negativa, porque tarde o temprano pasará. Tampoco en una positiva, porque también pasará y cuando se acabe, sufriremos porque ya no la tenemos.
La clave es aceptar y vivir el momento presente.
Pero…del dicho al hecho, hay un trecho
Y es que, efectivamente, no es tan fácil.
Si tú hoy, sin ningún entrenamiento ni preparación física, quisieras correr la maratón de Nueva York, probablemente no durarías ni 4km.
Algo así le sucede a nuestra mente cuando no está entrenada.
La buena noticia, es que igual que puedes ir al gimnasio a fortalecer tus músculos, puedes “fortalecer” tu mente con una práctica constante de meditación.
Y con esto no me refiero a sentarte inmóvil durante 2h al día. Hay muchas formas de mindfulness y meditación que se pueden adaptar a tus rutinas e ir ayudándote a ganar plena consciencia.
La capacidad de parar un momento a observarte, mantener la atención y la ecuanimidad, también se entrena.
E igual que todos los días no te sentirás capaz de correr la maratón, por muy entrenadx que estés, no todos los días te va a ser igual de fácil mantener la mente equilibrada y ecuánime.
¿Entonces, en qué consiste este “entrenamiento mental”?
- Cuando practicas mindfulness y meditacion, focalizas tu atención en una única tarea.
- Le das un respiro a la mente rumiante, pero en vez de tratar de suprimir ineficazmente los patrones mentales, tomas consciencia de ellos.
- Los pensamientos se aceptan sin prejuicios y sin identificarte con ellos. Son meras ideas que vienen y van.
- Con la observación, te das tiempo para ver con más claridad y para no ser tan reactivx.
- Cultivas el discernimiento, el amor y la compasión hacia los demás y hacia ti mismx.
- Y todo esto, te ayuda a comprender mejor y a solucionar los retos que se te plantean en la vida.
Y ¿de qué retos estamos hablando?
De cualquier tema que te inquiete y dispare tu mente. No importa si es un tema personal, laboral o de salud.
Aplicaciones de mindfulness y meditacion
Si quieres conocer en qué ámbitos de tu vida puedes aplicarlos, visita este artículo:
> Aplicaciones de mindfulness y meditacion en tu día a día y a nivel profesional