Significado
El término Hatha Yoga tiene diferentes definiciones.
Algunos lo traducen como «el Yoga de la fuerza».
Según otras fuentes «ha» significa destructor, y «tha» significa ruido fuerte, por lo que «Hatha Yoga» significaría el yoga destructor del ruido (de la mente).
Otra de las definiciones más extendidas es la popularizada por B.K.S Iyengar, donde la sílaba «ha» representa al Sol, mientras que la sílaba «tha» representa a la Luna. Hatha Yoga es por tanto la unión entre los dos aspectos, el solar y el lunar de nuestro ser. La armonía entre el cuerpo físico y la mente.
En el antiguo texto Gherand Samhita se refieren al Hatha Yoga como «gahathastha yoga». Ghata es recipiente o vasija, y representa el cuerpo físico. La palabra stha significa contenido. De la misma manera que cuando se somete el cántaro al fuego, éste se fortalece y puede contener agua, el cuerpo se fortalece cuando se somete al fuego del yoga, siendo así un adecuado recipiente para nuestra mente y espíritu.
El Hatha Yoga deriva del Raja Yoga y del tantrismo. Dentro de este término se engloban todas las formas físicas del yoga. Se basa en la práctica de posturas (asanas), técnicas de respiración (pranayama) y meditación.
Si bien todas las prácticas que contengan estos elementos pueden considerarse Hatha Yoga, hoy en día en Occidente utilizamos este término para denominar al estilo de yoga clásico nacido en Rishikesh (India).
Origen del Hatha Yoga
El Hatha Yoga, o yoga fisiológico, tiene su origen en el movimiento tántrico, concretamente en su derivación hacia la tradición siddha, los yoguis alquimistas medievales, y las escuelas del tantrismo búdico Vajrayana.
Los siddhas promovieron el culto al cuerpo para prepararlo como un templo a la divinidad, de ahí que se utilice el perfeccionamiento físico como base de las prácticas espirituales y como camino para llegar a la liberación en esta vida. El sistema del hatha desarrolló las posturas o asanas y las técnicas respiratorias o pranayama que las escuelas Nath y Kamphata (s.IX), extenderían posteriormente. En esta época destacan maestros como Matsyendranath y su discípulo Gorakhnath.
De acuerdo a los Yoga Sutras de Patanjali (Raja Yoga) se han de seguir 8 pasos para llegar al estado contemplativo de liberación. Los dos primeros pasos, yamas y niyamas, se centran en el código de conducta de cada uno a fin de purificar su naturaleza. Algunos yoguis del linaje Nath no querían esperar tanto y comenzaron a practicar asanas antes de dominar perfectamente los yamas y niyamas. Como la mente no estaba lista tuvieron que trabajar más duro y por ello llamaron a esta forma de práctica «la práctica obstinada de yoga».
Textos
El primer texto de Hatha que ha pervivido hasta nuestros días es el HathaYoga Pradipika, «la luz sobre el Hatha Yoga» (s. XIV-XV) de Swami Swatmarana, que contiene los asanas, bhandas y pranayamas más importantes. Él aconsejaba comenzar con las prácticas físicas al principio porque a la mayoría de personas les resulta más fácil dominar la mente a través del cuerpo que purificar su carácter, hábitos y mente directamente a través de la observación de los yamas y niyamas. El camino de la purificación del cuerpo conduce a la purificación de la mente.
Cabe destacar también el Gheranda Samhita (s. XVII) y el Siva Samhita (s. XVIII), que incorporaron a la práctica aspectos del cuerpo sutil como los nadis y los chakras.
El Hatha Yoga como disciplina de crecimiento psicoespiritual se mantuvo muy minoritaria hasta finales del siglo XIX, que comenzó a salir de los círculos místicos hindúes. Fue ya a partir del siglo XX, con la revitalización nacionalista en la India, que el Hatha cobró una nueva dimensión.

Krishnamacharya
Maestros
Krishnamacharya (1888-1989)
Con el apoyo del rajá de Mysore, fue de los primeros en difundir el Hatha Yoga en las primeras décadas del siglo XX. Los elementos esenciales de su práctica son la base del hatha actual: asanas, pranayama, mudras, meditación y ritualismo. Fueron discípulos suyos grandes maestros como Indra Devi, B.K.S. Iyengar, Pattabhi Jois, y T.K.V. Desikachar.
Swami Sivananda (1887 -1980)
Integró el Hatha en el Vedanta. Él quería que la práctica del Hatha Yoga fuera más accesible para la gente común y que todo el mundo pudiera obtener sus beneficios físicos y mentales. Fundó el ashram «Divine Life Society» en Rishikesh (1936) y acuñó la idea de 5 prácticas de yoga para guiarnos hacia un estilo de vida más equilibrado:

Swami Sivananda
1 – Ejercicio adecuado. Un cuerpo sano es necesario para el equilibrio en la mente.
2 – Respiración adecuada. La mente puede controlarse a través de la respiración consciente.
3 -Relajación adecuada. Es importante relajar el cuerpo y los sentidos regularmente para recuperarse del esfuerzo.
4 – Dieta adecuada. Es necesario mantener una dieta saludable para proporcionar al cuerpo y a la mente la energía que necesitan. La dieta yóguica es principalmente vegetariana, ya que sigue el principio de ahimsa, la no-violencia.
5 -Pensamiento positivo y meditación. La forma en que pensamos afecta a nuestro estado mental y determina su equilibrio.

Swami Vishnudevananda
Swami Vishnudevananda (1927 – 1993)
Difundió el yoga en nombre de su maestro Sivananda. En 1957 fundó los centros internacionales «Sivananda Yoga Vedanta» y la institución «True World Order» para la paz mundial. Es el autor del best seller «El libro del yoga».
Kuvalayanda (1883 -1966)
Cabe mencionar también en esa época a Kuvalayanda, que fue pionero en la educación física y en sentar las bases científicas del Hatha Yoga.
Cómo es una clase de Hatha Yoga:
Las clases de Hatha Yoga suelen durar 1 hora y comenzar o terminar con una meditación y/o una práctica de pranayama.
En comparación a otras prácticas de yoga físico, las clases de Hatha suelen seguir un ritmo lento que invita a la introspección.
Para comenzar a calentar el cuerpo se suelen realizar varias repeticiones del saludo al sol Surya Namaskar. Los saludos al sol que se practican en las clases de hatha son diferentes a los de las clases de Ashtanga.
Una vez calentado el cuerpo se procede a la práctica de asanas. Se suelen incluir posturas de pie que se mantienen durante aproximadamente un minuto, y posturas en el suelo que se suelen mantener más tiempo. Siempre es conveniente progresar poco a poco, escuchar al cuerpo y no forzar por encima de nuestras posibilidades.
La relajación final se consigue a través del Savasana, o «postura del cadáver», en la cual te tumbas boca arriba y te entregas a la relajación, a veces guiada, otras de forma individual.
Beneficios
– Equilibra cuerpo y mente y libera tensiones
– Aumenta la capacidad pulmonar
– Mejora la capacidad de concentración
– Trabaja la conciencia corporal
– Aumenta la flexibilidad
– Fortalece y tonifica la musculatura
– Mejora la agilidad y movilidad
– Proporciona equilibrio y estabilidad
– Disminuye el riesgo de lesiones
– Mantiene y mejora la salud de la columna
– Ayuda a mejorar el funcionamiento de los órganos de nuestro cuerpo
– Favorece el sueño