En todos nuestros artículos siempre hablamos de todas las cosas maravillosas que nos aporta el yoga. Tanto practicarlo nosotras mismas, como darlo a conocer. Ya sea por los artículos que escribimos, como asistiendo a alguna de nuestras clases. Práctica física o psíquica. Pero para mí el yoga también tiene un lado negativo.
Hoy he leído la siguiente frase y no he podido evitar escribir sobre ello y lo que opino yo al respecto.
«El yoga es una princesa hindú que fue raptada por occidente y convertida en una puta»
Mi cabeza sigue analizando esta frase y es brutal. Porque, en cierto modo pienso que hay mucha verdad en ella.
Hoy en día, con tantísimos profesores, instructores, practicantes, lectores, curiosos… así como el yoga tiene muchos aspectos positivos, también tiene un lado negativo. ¿Por qué digo esto? ¿Por qué me estoy tirando tierra encima? En muchos artículos míos cuento los beneficios que tiene, que hay tantos instructores porque es este estilo de vida hay que expandirlo. Pero también tengo que decir que muchísima gente se aprovecha de esto. Y una cosa es expansión y la otra explotación.
Los instructores nos gastamos mucho dinero en formaciones, ya sea en la India o en Occidente. Yo me lo saqué en la India porque quería conocer la base de esta práctica, de este estilo de vida. Quería conocer a esa “princesa hindú” de la que tanto se hablaba, de la que tanto bien me había hecho durante una pandemia que nos tuvo encerrados en casa. Y no te haces una idea de lo que sabe esta “princesa”.
La práctica de las posturas de yoga, meditaciones, limpiezas de órganos, tienen muchísimos beneficios, pero tiene también postulados muy tóxicos y más aún cuando todo esto se ha ido mezclando con otras prácticas, religiones, pensamientos.
Os cuento aquí abajo el porque de la elección de este artículo, el porque de ese lado negativo del yoga.
Empecemos hablando sobre el karma
No hace mucho, en uno de mis artículos te hablé del karma. Y aquí os comento un poquito más. La idea de karma se originó en religiones indias como el hinduismo y el budismo, y en Occidente lo utilizamos para decir que todo lo que hagas regresará a ti. Sea bueno o sea malo. De alguna manera u otra, todo regresa.
Entonces, muchas personas pueden pensar que cada uno actuará en consecuencia a lo que quieran obtener. Y, muchas otras, harán oídos sordos, “lo que tenga que ser, será”.
Ha llegado un momento en que la idea del karma se ha convertido en un método de control social y que se ha convertido en una muletilla para pensar «que todos los malos recibirán su merecido«, pero en realidad, si miras a tu alrededor, te das cuenta de que esto no es más que una idea errónea.
No somos dioses para decidir si esa persona que, según tú, se ha portado mal, vaya a tener su merecido… excuse me? No podemos juzgar a nadie más que a nosotros mismos.
Todos los que hacemos yoga, somos seres espirituales.
¡JA! Cada vez que leo esto se me queda una carita de tonta… ojos cerrados, cejas levantadas, boca cerrada, mano en la frente. ¡Flipo!
Para mí, y como siempre desde mi punto de vista, una persona espiritual significa alguien que ha llegado un poquito más allá. Que es capaz de dejar la mente en blanco, de que no le afecten los pensamientos, que controla su cabecita y no deja que esos pensamientos le afecten (sean positivos o negativos).
Yo practico yoga, pero no me considero para nada un ser espiritual. Si, intento poco a poco controlar mis pensamientos, sobre todo los que no me hacen bien, pero soy humana, no soy ninguna diosa. Me cabreo, insulto, no duermo, bebo (alguna copa los fines de semana), fumo (muy de vez en cuando). Y no por eso me considero una mala persona. Pero, para nada, soy un ser espiritual. No engaño, eso es cierto, soy una persona sincera que prefiere una verdad dolorosa que una mentira piadosa, pero no por eso soy espiritual. Y como yo, muchas personas. Solo que algunos “yoguis”, y más hoy en día, venden la moto y se piensan mejor que otras, para mi esta es el lado negativo del yoga. Ah no amig@, tu eres igual que yo, igual que todos.
Lo que pasa que hay personas que necesitan seguir a un, llamémosle «líder», porque tomar propias decisiones es difícil y cuesta trabajo. Mejor tener un encefalograma plano y que nos lo hagan todo, ¿no? Tomar la responsabilidad sobre uno mismo y tomar nuestras propias decisiones… buffff ¡¡que pereza!! Y así vamos.
La yoguini perfecta
Vamos que nos vamos. Esto es otro artículo que salió en la revista Glamour hace unas semanas (no voy a poner ni el link), lo leí gracias a una publicación de una cuenta que sigo en Instagram “Yogasinfronteras”. No me pude reír/ cabrear más. ¿En serio crees que hay una yoguini perfecta? ¿Tienes una esterilla que te ha costado 150€? Los leggins que sientan de maravilla y marcan tu figura, ese top que te deja enseñar un poquito más para que tus posts tengan más likes.
¡¡Bah!! Como ahora el yoga está de moda tienes que ponerte la ropa más cara y que mejor te siente para que tus posts lleguen más lejos.
Todo esto lo único que hace es perjudicarnos a los que realmente queremos expandir este estilo de vida. Tienes que adaptarte a todo lo que nos pide la sociedad, aunque eso significa “venderte”. ¿No te da pena? Porque a mi sí.
Y ¡ojo! No digo que dejes de publicar tu filosofía, tus posts, tus clases, pero sí dejad de publicitar MIERDA. No hagamos de este estilo de vida maravilloso una máquina para hacer dinero. Si, puedes hacer dinero, es un trabajo como otro cualquiera y muchas personas nos hemos gastado mucho dinero en formaciones, leído muchos muchísimos libros para poder compartir esta maravilla, pero por favor hazlo con cabeza, con el corazón, no con la cartera. No vayas a sacar dinero, sino ayudar a esas personas que realmente lo necesitan.
No me canso de decir que de cada vez hay menos humanidad, para absolutamente todo. Lo que me da muchísima pena, es que tampoco haya humanidad para ayudar a los demás.