Todos sabemos lo que es el Karma, ¿cierto? Cuantas veces, sobre todo cuando dices alguna burrada (esto se me da muy bien), se te ha dicho “cuidado con el karma”. Todo lo que va, vuelve, todo lo que haces a los demás, volverá a ti. Sea bueno o sea malo, pienses bien o pienses mal. “What goes around, comes around”. El Karma yoga va un poquito más allá.
Si quieres conocer un poco más de este estilo de yoga, de donde viene, en que enseñanzas está basado, puedes leer el artículo que escribió Paloma clicando en este enlace que te dejo aquí.
Yo, en este artículo, te voy a hablar de lo que es para mí el Karma Yoga. Otro estilo más que hace que me enamore más y más.
El Yoga, como has podido ir leyendo, no es solo un ejercicio físico, una meditación, trabajar la elasticidad, flexibilidad, musculatura… no se trata solo del cuidado del físico, sino del interior también. Cuida de tus órganos internos y externos, y tiene muchos beneficios no sólo articulares y musculares, sino también mentales. Es un estilo de vida que hace que tu paso por ésta sea mucho más fácil, con menos complicaciones y preocupaciones y más disfrutar del momento en el que estás viviendo en este instante. El ahora.
Hace que la vida sea más fácil, pero no quiere decir que no tengas problemas, que vivas en los “mundos de Yupi” y que no haya dificultades, ¿Quién no las tiene? Por supuesto que la vida te pone obstáculos y, el Karma Yoga, te dice que solo tu tienes el poder de saber “torearlos”. Pasarlos de la mejor manera posible. No es fácil pensar en positivo cuando todo tu alrededor se desmorona, el no salir de un berenjenal y meterte en otro. Eso sí, de ti depende el llevarlo de la mejor manera posible. ¿Quieres quedarte estancado y pensando en la mala suerte que tienes, en porque te pasa esto a ti, en porque ese proyectazo que tienes no sale… o prefieres seguir trabajando en ello porque te encanta lo que haces?
Te voy a contar algo personal, un trocito minúsculo de mi vida. Hace unos meses me metí en varios proyectos, 3 para ser exactos (no puedo estar sin hacer nada) y no están dando los frutos esperados.
Hace no mucho, una persona cercana a mí, preocupada, me dijo que le sabía mal que mis proyectos estuvieran estancados, que no estuviera teniendo los resultados esperados y que parecía que todo está parado.
Sinceramente, si es cierto que me gustaría que estos resultados hubieran llegado ya, pero a la vez, es un proceso que estoy disfrutando, que hay semanas en las que puedo dedicarles más tiempo, otras no. Y no te voy a engañar, hay semanas que lo llevo mejor, hay otras que mejor. Que puede que no tenga resultados en años, pero aun así soy feliz por lo que estoy haciendo. Esto es el Karma Yoga. Sí, quiero tener esos resultados, porque mis proyectos se basan en poder ayudar a los demás, poder hacer que las personas que se me acerquen sean un poquito más felices. Sé que es un proceso lento, pero sonrío por el camino (aunque hay días y días. La vida es un aprendizaje constante).
No sé si lo sabías, pero Karma significa acción. Es la ley de la causa y efecto, la acción y reacción. Pero la práctica del Karma Yoga va más allá, es disfrutar del proceso de esa acción sin pensar en lo que pasará cuando hagas eso que tienes que hacer.
Este estilo de yoga se basa en hacer las cosas desinteresadamente. Con esto quiero decir que disfrutas de lo que estás haciendo en cada momento sin querer o tener que recibir algo a cambio. Lo haces porque quieres hacerlo y punto. Sin obsesionarte en el resultado y lo que obtendrás con ello.
Todas estas acciones no solo se basan en algo en concreto, sino en tu día a día, en tus tareas diarias, las responsabilidades que tienes; el cuidar de tus familiares, de tus amistades, compañeros de trabajo. Desapegarte de tu ego y no ser egoísta. A ver, con esto no quiero decir que no tengas que pensar en ti, por supuesto tienes que pensar en ti. Si tu no estás bien contigo mismo, no lo podrás estar con los demás. Pero sí tienes que cuidar de tu alrededor, sean personas, tareas, trabajos, quehaceres, la comida.
El Karma yoga se basa en un estado de acción consciente. Queremos lograr armonía, sosiego, bienestar. Y esto se logra disfrutando del camino y para practicarlo tenemos que trabajarlo. Como todo en esta vida, si quieres conseguir algo tienes que esforzarte.
Sobre todo, para poder controlar nuestras emociones en situaciones complicadas, o no tan complicadas, es importante llevar a cabo unas acciones para practicar este estilo de Yoga. Es importante trabajar la estabilidad, la imparcialidad, el mantenernos firmes y estables cuando vienen curvas, situaciones desagradables o que no están en el alcance de nuestras manos. En estas situaciones lo mejor que puedes hacer es (que no es naaaaada fácil) abrir el corazón (cosa que a mí no se me da muy bien, pero lo trabajo todos los días) y empezar a fluir con la vida… “Oh yeah, goooo with the floooow baby” (para mi escribir estas palabras es muy fácil porque pienso en que te van a hacer bien, pero soy consciente que en según qué situaciones te enfrentas… ¡otro gallo canta! Pero de corazón te digo que sí, se puede).
Entonces, estamos de acuerdo en que para incluir este estilo de Yoga en tu vida tienes que:
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- Hacer lo que puedas, como puedas, pero de la mejor manera que se te ocurra.
- Implícate en la acción, pero sin obsesionarte con los resultados. No hagas algo solo por conseguir un fin.
- Aprende algo siempre con todo lo que hagas. Cada paso que des es una oportunidad para avanzar.
- Olvídate del pasado y del futuro y cuando tengas que dar lo mejor de ti, hazlo AHORA.
- Trata a los demás como te gustaría que te traten.
- Cultiva el desapego. No te dejes llevar por los halagos o por las malas palabras.
Y ahora, a poner en práctica este estilo de yoga.